El cuidado de la piel y las manos comienza por usar un jabón dermoprotector adaptado a los diferentes tipos de piel. Mucha gente sabe que existen 3 clases de piel (seca, mixta y grasa), pero no todo el mundo conoce cuáles son sus características, propiedades y funcionamiento.
Y lo que es mucho más importante, poca gente sabe cómo se debe realizar un cuidado y protección de este órgano. No nos podemos olvidar que la piel desempeña un papel crucial en la protección contra agentes externos, la regulación de la temperatura corporal y la expresión de la salud física y mental.
De hecho, contribuye a la producción de vitamina D, controla la temperatura del cuerpo y puede mostrar las emociones. Por lo que un mal estado de la piel puede tener un impacto negativo en nuestro estado de ánimo y salud.
Además, refleja lo que ocurre en el interior del cuerpo y actúa como una barrera defensiva de alérgenos y de agentes externos como la polución o la contaminación. Por todo ello, debemos prestar atención a su cuidado y protección para mantenerla saludable y en buen estado.
El mantenimiento de una piel saludable comienza por saber qué tipo es, y saber cuáles son sus características y necesidades específicas.
Así, podremos brindarle el cuidado adecuado a nuestras manos. Por este motivo, os contamos cuántas clases de piel existen y cuáles son las necesidades de cada una de ellas.
El cuidado de la piel se puede resumir en algunos pasos básicos que son fundamentales para mantenerla en óptimas condiciones.
A continuación, os contamos cuáles son los más importantes:
Es fundamental evitar la luz del sol para mantener la piel sana.
Se recomienda el uso de protector solar con un FPS (factor de protección solar) adecuado para cada clase de piel.
Este indicador mide el nivel de protección contra la radiación UVB y tiene 4 niveles.
Los niveles del FPS o protección solar son:
Si tienes menores a tu cargo, deberías saber que es recomendable usar un protector con un nivel alto y mínimo de 40 o 50. La gente con piel muy blanca también debería usar esta protección, tanto en verano como en invierno.
De hecho, en invierno si se va a la nieve es riesgo de padecer quemaduras es peor debido al reflejo del sol en la nieve.
Mucha gente piensa que al frotar muy fuerte quita las manchas y la suciedad. Lo que no sabe es que pueden dañar la piel. Por ello, es recomendable utilizar productos de limpieza suaves y sin jabón para evitar resecar la piel.
Por supuesto, nada de frotar y usar esponjas y estropajos que sean muy duros.
Todo el mundo sabe que debe beber unos dos litros de agua cada día. Lo mismo sucede con la piel que debe ser hidratada a diario, ya que es esencial para su salud.
Lo ideal es aplicar una crema hidratante cada día después de lavarnos y con más motivo si tienes la piel sensible. Si no puedes hidratar las manos, al menos intenta hacerlo una vez antes de acostarte.
Finalmente, escoge una crema hidratante adecuada para cada tipo de piel. Si tienes dudas puedes escoger productos neutros con dermoprotectores como el aloe vera.
La hidratación también es obligatoria después de hacer una limpieza en la que uses guantes o uses productos como desengrasantes o similares.
Una opción es hacer una limpieza biodegradable o enzimática recurrir a productos de limpieza que estén indicados para el cuidado de las manos como por ejemplo nuestra gama de jabones para manos.
Estos cuentan con agentes dermoprotectores que protegen, cuidan y previenen la deshidratación de la piel. A mayores, es importante la elección de productos que no dañen la piel y sean respetuosos con el medio ambiente.
En este sentido, la limpieza con tensioactivos es perfecta ya que estos compuestos tienen muchos beneficios, siendo el principal el cuidado y la versatilidad en la limpieza y su uso.
De hecho, todas las personas pueden usar tensiactivos ya que se adaptan a todos los tipos de pieles.
Otro aspecto importante es que optes por la ducha antes que el baño, y el agua debe estar templada en lugar de caliente para no deshidratar la piel.
Evidentemente, no te decimos que te duches con agua templada o poco caliente en invierno. La clave es evitar los cambios bruscos de temperatura y que el agua esté muy caliente.
Es recomendable realizar visitas periódicas al dermatólogo para un cuidado más especializado. Los expertos indican ir una vez al año, sobre todo, si padeces o tienes sospechas de que tienes las manos sensibles.
Además, es importante adaptar la rutina de cuidados a cada etapa de la vida para combatir los signos del envejecimiento.
Por ejemplo, a partir de los 20 años se deben incluir cuidados preventivos como la limpieza, hidratación y protección solar. En cambio, desde los 35-40 años en adelante se pueden incorporar cremas anti-arrugas que regeneren la piel y le devuelvan la energía.
Como has podido comprobar un buen cuidado de la piel no es complicado, y los pasos básicos para su mantenimiento son pocos: protección solar, hidratación, limpieza suave y usar productos que no dañen las manos.
Si sigues estos consejos y, además, llevas un estilo de vida saludable, que incluya beber suficiente agua, hacer ejercicio e intentar evitar el estrés, tendrás más opciones de tener una piel saludable y radiante. ¡Y si lo haces bien, tu rostro y tus manos te lo agradecerán!
Con estas claves y trucos sobre los tipos de piel esperamos haberos aclarado todo sobre este órgano tan importante. Si os ha gustado esta guía y queréis ver un contenido similar os invitamos a entrar en nuestro blog que actualizamos cada semana.
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